Escribe: Lic. Maria Casariego de Gainza

Nuestra historia: Una marca en el cuerpo

Quisiera comenzar desarrollando algunas viñetas de la clínica para poder pensar como la historia personal va dejando sus marcas en el cuerpo.

Juan, tres infartos, 45 años, director en una empresa multinacional. Me llama su mujer para concertar una cita “porque él está muy ocupado y el cardiólogo pidió que vea a un psicólogo urgente

Juan llega a la entrevista acordada por su mujer, me dice” no sé por qué debería hacer terapia, tuve infartos pero que tiene que ver esto con una terapia; vine porque el cardiólogo me dijo, también me dijo que la próxima no la cuento…pero creo que exagera”.

Serena 17 años: primera cita acordada con la madre asiste ella sin su hija; manifiesta preocupación por su hija que presenta una incipiente psoriasis. Me informa que la adolescente no sabe que la tiene, ella no quiere que lo   sepa. Me aclara: “yo también la tengo.” Comenta que es complejo que Serena venga a terapia porque le queda muy “lejos” (vive en Recoleta y yo estoy en Palermo.). La madre menciona al pasar una serie de duelos familiares “pero de eso tratamos de no hablar, Serena no sabe mucho, fueron antes que ella naciera” Finalmente Serena acepta una entrevista donde me cuenta que no sabe que tiene; la que habla con los medicos es su mamá.  Le da mucha vergüenza el tema de su piel porque : “es un momento de conocer chicos” , no quiere dar explicaciones sobre sus marcas. De los uelos familiares sabe poco y pregunta menos “ mejor no hablar así mis papas no se angustian”

Pedro tuvo un enfrentamiento terrible con uno de sus hijos, luego de esto presento una diabetes tipo 2 “¿pero esto con la discusión tiene algo que ver? Yo creo que si me cuido en las comidas en breve se pasa”. Tiene un sobrepeso de 40 kilos que no le afectaba hasta este diagnóstico, no lo ha registrado como obesidad mórbida, “ solo un poco excedido de peso”

Helena, estudiante de ingeniería brillante, muy exigente, comenzó con una caída paulatina de pelo; primero en lamparones actualmente se presenta con una vellosidad muy débil. Diagnóstico: alopecia areata.” No quiero salir, no quiero que me vean así, no sé si puedo seguir la facu”. Reconoce que el “afuera” siempre fue una dificultad para ella-

Pensé en comenzar este capítulo con las palabras de pacientes para poder adentrarnos en el dolor que implica el cuerpo cuando muestra el sufrimiento.

El sufrimiento es un llamado al otro, no es el dolor en sí mismo, es el dolor puesto en grito, grito dirigido a otro que lo pueda significar. ¿Sera nuestra función como analistas otorgar el sentido a ese dolor?

La historia de un sujeto es un mapa que se inscribe en su cuerpo, cuerpo erógeno que habla del desarrollo libidinal que lo atravesó. Ese cuerpo libidinizado da cuenta de los vínculos que pudo construir consigo mismo y con los otros .

Desde el mismo momento que la cría humana nace y aún antes se presentan impresiones psíquicas. El cuerpo guarda nuestra memoria emocional mucho antes que pueda ponerse en palabras, incluso quedan huellas significativas de la experiencia intrauterina; el bebé reconoce músicas, sonidos, voces que ha escuchado dentro del vientre de la madre.

Freud nos habla de zona erógena (1890) refiriéndose a la piel como la zona erógena por excelencia. Toda región del revestimiento cutáneo-mucoso puede funcionar como zona erógena e incluso extiende este concepto a todos los órganos internos: “hablando con propiedad todo el cuerpo es una zona erógena

Desde sus primeros casos clínico en “Interpretación de los sueños”, se refiere al tacto erotizado desde la cercanía emocional, así como la evitación social del contacto físico como signo a destacar. Empieza a desarrollarse por el contacto físico con la madre hasta el contacto erótico posterior en la vida adulta.

Nos habla de zona histerogena como aquella donde el placer o dolor experimentados en la piel deja una huella inervada para el sujeto.

En Tótem y Tabú, Freud nos plantean temas en relación con el campo vincular. Así como en el aspecto físico el contacto entre dos personas es central; en el campo psíquico el contacto entre dos representaciones también lo es. La asociación puede ser por contigüidad (contacto físico) o por similitud (contacto metafórico o conceptual). La idea de similitud nos coloca fuera del ámbito de lo físico, ya no es el cuerpo dañado o contaminado sino la “idea” de cuerpo lo que puede producir estos efectos.

Pensemos algunas diferencias en la manera que se involucra el cuerpo; la conversión histérica; hipocondría y enfermedades psicosomáticas.

La conversión es una dolencia física sin base orgánica, un síntoma psíquico dirigido al “Otro”. Como síntoma neurótico manifiesta un deseo reprimido; el cuerpo se manifiesta a través del síntoma. Podemos pensarlos como manera que tiene el cuerpo de manifestar estos deseos que no puede tramitar. Recuerdos de sucesos acontecidos que debían ser retirados de la conciencia por ser intolerables para la moral de la época, ya que representa contenidos sexuales. El ataque histérico es una manera de recordar. Freud nos habla de complacencia o facilitación orgánicas, donde da cuenta de la derivación del afecto al cuerpo ; plantean que se “eligen” inconscientemente las vías que poseen experiencias anteriores, llamadas vías facilitadas, son vías inervadas en el vínculo primario.

Para comprender la relación entre cuerpo erógeno y cuerpo bilógico hace falta remontarnos a los conceptos de conversión, zona erógena, pulsión, lenguaje de órgano, juicio primario y juicio judicativo; nos quedan pendientes muchos otros como por ejemplo el papel de la expresión del afecto como forma de comunicación. Por ejemplo, en la epicrisis del caso de Isabel de R Freud afirma que los “los histéricos crean por simbolización una expresión somática para una representación saturada de afecto (1893).

Una representación saturada de afecto podría ser una idea que cada vez que la pensamos activa una emoción que está ligada a ella; Esta emoción seria desbordante e inaceptable para el yo. Para defenderse de esto los histéricos expresan somáticamente esa idea y de este modo descargan el afecto.

Si nos remontamos a la horda primitiva como nos plantea Freud veremos que el ser humano tiene erotizada ciertas funciones y con ellas su cuerpo. En la historia filogenética el sujeto se relacionaba con el otro a través de tragarlo, escupirlo (comida totémica). 

 He planteado siguiendo ,las ideas de Freud ,que el síntoma tiene que ver con una representación intolerable; continuando esta línea entre encuentro psíquico y somático propone que todo suceso o impresión psíquica mantiene un cierto valor afectivo del cual el yo se liberó; ya sea por medio de una reacción motriz o por una asociación psíquica asociativa, para que una impresión psíquica sea resuelta el afecto debe ser descargado

A diferencia de la conversión la hipocondría es una enfermedad imaginaria de tipo narcisista, en la cual se retrae el interés y la libido de los objetos externos y se concentran sobre el órgano que preocupa. Esta retracción es llamada introversión de la libido

Pero cuando hablamos de psicosomáticas está involucrado el soma, hay una dolencia que tiene correlato físico. Este modo de funcionamiento se activa en un paciente cuando frente a una situación que no puede elaborar reacciona con una enfermedad física, ya sea funcional u orgánica, que opera como posibilidad de descarga de un monto de energía libre.

La clínica nos muestra que el fenómeno psicosomático surge a partir de una situación traumática, así como de un evento histórico frente al cual el sujeto no tuvo capacidad de tramitarlo o reaccionar adecuadamente.Cuando pensamos en tramitarlo nos referimos a la posibilidad de elaboración de lo sucedido; reaccionar adecuadamente es poder mostrar la afectividad que genera el evento, con la intensidad que el sujeto necesite, esto facilita una descarga que libera al cuerpo de una energía, que  de lo contrario se localiza buscando una posible descarga en el acontecimiento somático. 

Digo acontecimiento y no vivencia porque el sujeto vive esta expresión de su cuerpo como ajena, que proviene de afuera que involucra un cuerpo que no reconoce como propio. Un cuerpo que pasa a ser escenario de pura descarga.

La psicosomática es una temática que intereso a los postfreudianos como, Dolto, Lacan, Marty, etc., para ellos la lesión se convierte en un signo no tiene significado, este congelado, encriptado en el sujeto. En el trastorno psicosomático el sujeto sufre en su cuerpo por algo que no puede decir ni expresar. 

 El aporte de Ulnik , psicoanalista argentino, al tema planteando que detrás de muchas enfermedades somáticas hay un tipo de simbolismo más primario que el del lenguaje simbólico pero que igual nos dice algo.

En la enfermedad somática se ha intentado por muchos años utilizar el modelo de la histeria para su comprensión y tratamiento; no obstante, tenemos que pensar que este modelo nos resulta insuficiente y que corremos el riesgo de realizar procesos de pseudoanalisis al generar un estructura racional y consciente que refuerza defensas caracteropaticas.

Fishbein, Psicoanalista argentino nos propone pensar que hay una sola entidad que podemos denominar psicosomáticas, esta entidad es la salud   ya que es el único momento donde el diálogo entre psiquis y soma está integrado. El paciente somático es el fracaso de esta unidad, Habitar el propio cuerpo con su dimensión doliente y mortal rompe con la ilusión omnipotente narcisista de poder sortear el sufrimiento; el sufrimiento puede ser proyectado afuera a lo extraño, eso que se proyecta se deposita en el soma.

El cuerpo además de aportarle al psiquismo los estímulos para su propia organización, lo demanda para el procesamiento y metabolización de las excitaciones con el fin de que le aporte las imágenes para representarse a si mismo. Estas exigencias imponen al yo compromisos, renuncias, duelos que se repiten y deben ser superados a través de la elaboración.

¿Qué es entonces el fenómeno psicosomático?

Es el acontecimiento somático que irrumpe en una secuencia que sería la siguiente: Primero el quiebre de la estructura narcisista, tiempo de sobrecarga traumática; un segundo tiempo que consiste en la aparición del acontecimiento somático condicionado por las vías facilitadas del sujeto y finalmente un tercer momento que es la patoneurosis con el restablecimiento de los significados psíquicos. 

El síntoma produce un corte en el continuo, en este espacio del clivaje es donde aparece la patología. En este corte, escisión, solo la palabra puede operar como puente. El cuerpo aparece no solo como una realidad bilógica, anatómica sino como fantasmático. La escisión se refiere, tanto a la defensa intrapsíquica como a la escisión mente-cuerpo; esta escisión marca la aparición de estados en los que lo psíquico queda momentáneamente suspendido y el soma responde desde la descarga. Los signos corporales no logran ser señales de alarma que puedan evitar el quiebre del equilibrio psicosomático.

La puesta en acto en el cuerpo implica un drenaje de un exceso de tensión que no soporta el psiquismo. Es llamativo que los pacientes dicen sentirse mejor cuando el acontecimiento somático está presente, este drenaje alivia al psiquismo. Puede. también ser tomado como un fenómeno restitutivo luego de un quiebre narcisista que intenta mantener una integración psíquica a través de la descarga con actos en el cuerpo. La enfermedad somática es más soportable que el dolor a nivel mental.

 ¿Qué observamos en común en las viñetas con las que comencé este trabajo?

Todos tienen aspectos en común que deberemos analizar en el trabajo con pacientes psicosomáticos.

El primero para tener en cuenta es que nivel de organización tiene la estructura psíquica del paciente; consideramos al preconsciente como un sistema inhibidor de la descarga indiscriminada. Freud llama proceso secundario justamente a la ligadura de cargas y al control de la motilidad que permite a su vez la diferenciación, el juicio de realidad, la autobservación y el cuidado del si mismo. Dentro de las potencialidades del preconsciente está la de discriminar y nominar los diferentes estados emocionales, a través de esta discriminación se da paso a la capacidad de resolución de situaciones afectivas, así como ponerles palabras acordes. Cuando el proceso mental preconsciente falla el conflicto se percibe como un exceso de tensión que no se puede nominar; el aparato psíquico busca la descarga frente al rebasamiento. El acontecimiento somático es una expresión del fracaso del trabajo psíquico de ligadura; frente a esto el sujeto queda expuesto a los efectos de la cantidad y urgencia de la descarga que drena en lo somático, por vías biológicas, ya que no puede ser procesado mentalmente. Con lo cual nos encontramos frente al primer punto que observamos en todo paciente que presenta acontecimientos somáticos: la falla en la simbolización.

Las dificultades que se dan en las experiencias primeras de contacto con las figuras de apego inestables provocan una vivencia disruptiva de mundo seguro y de la interiorización de los objetos. Esto no facilita el gradual pasaje de una total dependencia hacia una paulatina independencia. Crece por el contrario el temor a la pérdida de unidad cohesiva, al desmembramiento y a las vivencias catastróficas de desintegración.

Las fisuras o grietas en la continencia como función hacen que la madre no interprete lo que el bebé necesita, “no lo entiende”; al no entenderlo, se genera un ruido entre ellos que entorpece la comunicación y el encuentro, por lo que no se cumplen ni la descarga tensional (el bebé no encuentra calma) porque, como lo señala Bion, la función alfa de la madre en estos casos no alcanza a transformar los elementos beta (contenidos proyectados en bruto); ni tampoco la madre  le presta su psiquis al niño hasta que él pueda contar con su propio aparato de pensar y procesar. La función de reverie materna no se cumple o es fallidla. De este modo el bebé reintroyecta la no contención materna, quedando librado al desamparo.

La reintroyección de miedos y ansiedades no procesadas ni transformadas por las fallas en la función continente materna pone en marcha las identificaciones proyectivas tóxicas.

El concepto de "desafectación" introducido por Joyce Mac Dougall da cuenta de la sensación de vacío que tienen estos sujetos al no poder dar cuenta de sus afectos, nada les permite comunicarse consigo mismo. Marca esta autora la particular sensación de vacío a la que hacen referencia en sus relatos. Aparece la "nada" como experiencia vivencial para dar cuenta de sus afectos. Es interesante que la noción de la nada, el aburrimiento, no saber que decir es evidente en su discurso.

 Con esta coraza que a su vez los aísla y encierra el sujeto se siente protegido y sobrevive; poniendo en juego defensas del tipo proyectivo con lo cual percibe a los demás como incomprensibles y muchas veces con reacciones para él poco razonables.

La excitación del infante resulta intolerable para sí mismo y lo llevará a una sensación de desintegración. Debido a esto, y a manera de defensa, el infante se dirige hacia su propio cuerpo para autorregularse E. Bick dirá: “Pagando un alto precio mientras falla en desarrollar las habilidades mentales necesarias para su autorregulación, su pensamiento y relaciones sociales adecuadas”  (1987)

Hay otros niños que parecen estar más calmados pero que se acompañan de objetos “auto calmantes” de los que no pueden separarse. Se aferran a ellos, como portadores de seguridad afectiva. Su comportamiento parece disociado entre lo que piensan y sienten repitiendo ideas leídas o escuchadas con cierta solvencia, pero que distan de ser experiencia afectiva. Es importante que diferenciemos estos objetos “auto calmantes” de lo que Winnicott se refirió como objeto transicional, ya que éste tendría un valor simbólico en ausencia del objeto maternante, pero el niño puede separase de él en presencia de la figura de apego. De los objetos auto calmantes, el niño no puede desprenderse.

La observación clínica de esta situación nos muestra por una parte a niños en permanente movimiento, violentos, quejosos, insatisfechos, que no encuentran, lo que buscan porque no está a su alcance. La palabra no contiene los desbordes, la piel pareciera lacerada en términos metafóricos (y a veces no tan metafóricos), por lo que resulta difícil acertar con aquello que pueda contenerlos. Todo les resulta irritativo

El concepto de "desafectación" introducido por Joyce Mac Dougall da cuenta de la sensación de vacío que tienen estos sujetos al no poder dar cuenta de sus afectos, nada les permite comunicarse consigo mismo y mucho menos con los demás. Marca esta autora la particular sensación de vacío a la que hacen referencia en sus relatos. Aparece la "nada" como experiencia vivencial para dar cuenta de sus afectos.

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La caparazón a la que hace referencia P. Marty cuando habla de neurosis de comportamiento, coraza que a su vez también hace referencia Bollas, quien marcará la particularidad que el normótico en lugar de experimentar tristeza, se decae. Para él la vida se define como acción, en lugar de experimentar angustia o depresión, generando un efecto robótico que es un observable en estos pacientes

Volvamos a la primera infancia, cuando el bebé no cuenta con esa mirada y actitud contenedora, se afirma gradualmente en su propia rigidez muscular; sus movimientos, su tensión, arman una coraza que a la vez que lo aísla, lo preserva

¿Qué pasa cuando la madre falla? Se produce una sobre activación de la actividad mental. La mente pasa a reemplazar a la adaptación ambiental, por un maternaje interferido, deficiente, errático o desorganizado, existiendo posibilidades de provocar una oposición entre el desarrollo de la mente y el desarrollo de la psique - soma. Se produce una tensión excesiva que provoca confusión, incapacidad para comprender las claves ambientales. Todo esto provoca fallas en el funcionamiento mental, uso de defensas más precarias, pero con fines de sobrevivencia para estas situaciones.

Con el tiempo, si la falla continúa, prácticamente reemplazará a la “madre buena” y asumirá sus funciones con sus precarios recursos yoicos. En esos momentos nos encontramos frente a un grave problema, ya que la mente comienza a seguir un curso aparte, desconectado del psique - soma y deja de residir ahí. El pensamiento del niño comienza a asumir el control del funcionamiento mental y a organizar el cuidado de la psique- soma, pero desde otro lugar, desconectado de las señales o claves que el psique - soma le pueda aportar para saber qué es lo que realmente necesita.

Lo que se juega en estas vivencias es el temor a la pérdida del amor materno, y en última instancia a su propio derrumbe emocional.

Lo más esperanzador que tenemos en estas circunstancias es el valor positivo del síntoma: tendría un valor de denuncia y, en la alteración producida, habría que buscar el sentido, aquello que delata. 

Michel Balint (alumno dilecto de Ferenczi) influenciado por los trabajos de Hermann, estudió las secuelas que quedaban en el bebé, cuando durante los primeros tiempos de su vida le falta la continencia propicia de su madre: así acuña la expresión de “falta básica” (1940), en referencia a una estructura insuficiente del objeto cuidador (la madre o figura sustituta), quién no le ha aportado las bases necesarias para “ser”.

Volviendo a las viñetas, Juan no entiende porque debería ver un analista por sus infartos, no registró signos caporales anteriores al evento así como tampoco las situaciones emocionales que lo desbordaban para descompensarse; Pedro cree que su exceso de peso es leve, que lo va a solucionar rápido con alguna de las tantas dietas que ya hizo; no relaciona su angustia  con la fuerte discusión que tuvo con su hijo desde donde se le disparo una diabetes tipo II; Helena no entiende cómo fue que perdió su pelo, solo registra la enorme vergüenza desmintiendo sus dificultades sociales. Esta dispuesta a perder su pareja, a dejar su trabajo incluso la facultad. Tiene una historia de abuso que ha reprimido y que solo surge luego de meses de tratamiento: me dice “¿pero esto con mi pelo que tiene que ver?”; Serena acepta que tiene una “rara alergia”, quien habla con los medicos es su mama y ella se posiciona en un lugar regresivo dejando que la madre le coloque las cremas recetadas en sus genitales, hable con los medicos, acepta el diagnostico de alergia aunque le genere dudas no pregunta ;menciona que es tiempo de conocer chicos, pero no cree que nada tenga que ver con sus episodios de psoriasis. Padres que no quieren que crezca y ella posicionándose en un lugar de dependencia que la retira al núcleo endogámico de su familia. Se posiciona en un lugar regresivo para ser el tapón de los duelos familiares.

Son “mandados”: por sus medicos, sus parejas, sus padres; es todo un trabajo terapéutico hacer paciente a estos pacientes, que se puedan hacer cargo de su enfermedad en tanto descarga en el soma de algo encriptado y doloroso para el aparato psíquico. Cuesta que puedan hablar de su dolor. Hay que co-contruir el pensamiento poniendo palabras allí donde hay pura descarga, este proceso lleva el nombre de mentalización afectiva que está claro que se presenta fallida en estos pacientes. El déficit en la mentalización deja al cuerpo como único escenario pulsional. Esto los lleva también a la sobrexigencia e hiperadaptacion generando un falso self que no les permite registrar sus auténticos sentimientos. 

Tengamos en cuenta que la mentalización se desarrolla en los primeros años de vida en los intercambios emocionales con las figuras de apego a través de la regulación emocional que otorga el apego seguro. Los traumas en el seno de estas relaciones primarias de apego, así como los diferentes déficit y perturbaciones en las funciones parentales son los responsables de las fallas en la capacidad de mentalizar.

En el apego seguro vemos respuesta parental adecuada que es el reflejo del afecto del niño, la madre muestra con empatía en expresiones faciales y verbales acorde a lo experimentado por el niño. La internalización de la respuesta reflejante de la madre al estrés del niño, conducta de cuidado va a representar un estado interno para el niño. El niño internaliza la expresión empática generando representaciones secundarias acordes a sus estados emocionales. Estas representaciones secundarias están formadas por: la cara empática de la madre como significante y su propia activación emocional como significado. Cuando esta función materna es fallida el niño experimenta diferentes perturbaciones que las vivirá como amenazantes; sus sentimientos no están adecuadamente etiquetados ni simbolizados, se sentirá confuso y desregulado. la diferencia entre el mundo real y el mundo de fantasía pierde su distancia y en esta perdida de distancia se pierde el sujeto

Winnicott nos planteó que el primer espejo es el rostro de la madre quien proporciona el espacio donde el niño puede verse. Apoyando esta idea:  Didie Anzieu en su texto  Yo piel, plantea que la representación psíquica emerge de los juegos entre el cuerpo de la madre y el cuerpo del niño, de las respuestas gestuales, vocales que da la madre a las sensaciones y emociones del bebe. La envoltura sonora refuerza la envoltura táctil

  Por lo tanto, estas fallas de la regulación emocional y de modulación de los afectos provocan una dificultad para identificarlos  cayendo en sobrerregulación o desregulación emocional.

Freud hace una mención muy importante cuando destaca en el Yo y el Ello(  1923 ) : El yo es ante todo un Yo corporal” derivado de la experiencia cutánea, el yo es traído a la existencia a través de las múltiples experiencias sensoriales, donde el yo en sí mismo es una proyección mental de la superficie corporal.

 En 1920 en Mas allá del principio de placer expone una hipótesis acerca de la evolución de los organismos vivos : compara a la piel con la membrana que envuelve a una primitiva vesícula la cual cumpliría la función de proteger al organismo de los estímulos externos e internos. De esta manera nos posiciona en la importancia de estudiar la construcción del cuerpo como un proceso simbólico a la vez que orgánico

Llegamos a otra característica en los pacientes con acontecimientos somáticos juntos con las que ya hemos visto: fallas en la simbolización. Fallas en la mentalización, dificultades en la organización del aparto psíquico, sobre exigencia, hiperadaptacion , esta característica es: la alexitimia tomándola como alexitimia secundaria diferenciándo en estos pacientes el diagnostico de alexitimia primario ,cuyo origen responde a cuestiones biológicas como defecto o deficiencia neurobiológica. En esta alexitimia secundaria surgen serias dificultades para expresar y elaborar los afectos, esta alteración lleva a que las emociones se expresen a través del cuerpo; los síntomas somáticos pasan a ser un lenguaje en si misma, pasa a ser una gramática somática el uso del lenguaje somático como comunicación y expresión de estados psicológicos y afectivos.

He planteado en este capítulo la diferencia entre conversión, hipocondría y enfermedad psicosomática; desarrolle las causas que un sujeto pueda devenir en un paciente somático; así como las características que responden a este cuadro; queda pendiente pensar; ¿ Qué posibilidades tenemos como analistas de ayudar a estos pacientes?. La transformación psíquica se va a dar a partir de la conciencia del sentido inconsciente que tiene la enfermedad para el paciente. El paciente tiene una historia de sí mismo con lagunas y distorsiones que hace que su drama sea total o parcialmente inconsciente. La enfermedad actual es de alguna manera la presentación de esta parte omitida. La enfermedad actual es como la mala solución que tiene el paciente frente a la necesidad de integrar estos núcleos escindidos; es por lo tanto un lenguaje corporal del dolor psíquico que debemos traducir, darle acceso a través del trabajo de historizacion co-construyendo junto al paciente su historia. Dentro del campo analítico la repetición se podrá transformar en recuerdo con la ayuda de un analista que se disponga a acompañar este proceso; para que se pueda transformar la presentificacion en representación

 

BIBLIOGRAFIA

D, Anzieu :(1987) El yo -piel. Madrid, Editorial Nueva

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Bick: (1970) La experiencia de la piel en las relaciones de objeto tempranas.

Bowlby: (1988) Una base segura. Bs.As. Editorial Paidós

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Dolto :(1998) El niño y la familia. Bs.As. editorial Paidós

F, Dolto: (1990) La imagen inconsciente del cuerpo. Bs.As. Editorial Paidos

Freud: (1923) El yo y el ello. Bs.As. Editorial Amorrortu

Freud: (1913) Tótem y Tabú- Bs.As. Editorial Amorrortu

j.Mac Dougall (1991) teatros del cuerpo. Madrid. Julian Yebenes

M.Marrone:( 2001) La teoría del apego. Un enfoque actual- Madrid. Editorial Psimatica

D.Winnicott: (1996) La naturaleza humana. Bs.As. Editorial Paidos 

J.D Nasio :(2007) Mi cuerpo y sus imágenes. Bs.As. Editorial Paidós

Ulnik: (2004) El psicoanálisis y la piel. Madrid, Editorial Síntesis.

j.Ulnik:(1993) narcisismo y enfermedad somática . Actualidad Psicológica. BS.AS

Lic. Maria Casariego de Gainza

Lic. Psicología (UBA) Docente Titular de la Maestría en Psicoanálisis UNlaM- Docente titular de La especialización en Psicoanálisis con orientación clínica en adultos en AEAPG - Docente titular de la Formación Permanente catedra: “ Teoría del Apego” en AEAPG- Miembro activo AEAPG- Miembro de la Comisión Directiva de IAN Argentina – Miembro de FLAPPSIP . Directora de MCG. Capacitación en Teoría del Apego.

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